Kristy Alexander, 33 años, de Kent (Inglaterra), pasó por una experiencia dolorosa cuando, a mitad de su embarazo, le informaron que uno de sus bebés moriría prematuramente.
En la cuarta semana de gestación, Kristy notó señales extrañas en su cuerpo y temió un aborto espontáneo, por lo que ella y su esposo, John, programaron una ecografía para la séptima semana. Sin embargo, los médicos los tranquilizaron, asegurando que no había nada inusual y que Kristy estaba esperando trillizos en lugar de uno solo.
“Mi vientre creció muy rápido después de enterarme de mi embarazo, pero no pensé que fuera tan diferente de cuando estaba embarazada de mi primer hijo. Tuve sangrado, así que estaba muy preocupada y decidí hacerme la ecografía antes de lo planeado.
Con tres bebés en su vientre, la madre esperaba ansiosamente el momento de conocer a sus hijos sin saber que un giro inesperado del destino estaba por llegar.
Kristy recordó: “Estaba muy asustada de que podríamos haber tenido un aborto espontáneo, pero el médico nos felicitó cuando vio dos latidos cardíacos en la ecografía, luego se detuvo un momento y dijo ‘o tal vez tres’. Recordar ese momento me hizo muy feliz, imaginé cómo se verían, qué personalidades tendrían, y lo que más imaginaba eга abrazarlos en mis brazos de manera segura”.
Pero a las 18 semanas de embarazo, en una ecografía, descubrieron un ɡгаⱱe problema con uno de los bebés, Dotty, que tenía acumulación de líquido alrededor del cerebro y otros problemas de desarrollo, lo que la llevó a fallecer.
Kristy, esta madre valiente, tuvo que continuar su embarazo sabiendo que su ángel, Dotty, no sobreviviría. Los tres hijos de Kristy, Dotty, Delilah y Wilfred, nacieron el 6 de marzo de 2019 por cesárea cuando estaba en la semana 36 de embarazo.
Kristy también dijo que luchó con la preocupación por sus dos hijos restantes: “Las primeras semanas fueron terribles. Sentí que no podía salir de casa porque mi ansiedad aumentaba y estaba muy asustada de que algo les sucediera a mis dos hijos”.
Aunque recibió un gran apoyo del personal de enfermería y le aconsejaron compartir sus sentimientos con quienes la rodeaban, Kristy sintió que “no eга lo suficientemente fuerte como para enfrentarlo” y eligió Instagram como el lugar para desahogarse.
“Me ayudó mucho a desahogarme, liberar un poco de miedo, tristeza y enojo que había estado reprimiendo durante mucho tiempo. Hubo momentos en que John tuvo que hablar con las parteras en el һoѕріtаɩ porque no podía decir nada a través de las lágrimas”.
Lo peor después de la muerte de Dotty fue tener que despedirse de su hija. “Todo el tiempo que estuvo en mi vientre, sentí que Dotty estaba segura y cerca de mí, pero sabía que una vez que diera a luz, tendría que enfrentar el dolor nuevamente. Lloré mucho pensando que estaba sola, así que elegí un conejito para proteger a Dotty”.
El relato completo ayudó a Kristy a darse cuenta de lo preciosa que es la vida.