Precisamente el otro día, la guardia vecinal local en Richards Bay, Sudáfrica, recibió una llamada telefónica alarmante. Una mujer informó que mientras caminaba por una zona silvestre no urbanizada cercana, se topó con una escena desgarradora.
Dos capitanes de vigilancia vecinal acudieron rápidamente al lugar. Cuando llegaron, se encontraron con un espectáculo desalentador: un montón de escombros y plástico desechados, algo que no es inusual en un área que a veces se utiliza como vertedero. Lo que hizo que este descubrimiento fuera aún más angustioso fue el par de piernas largas y marrones y los ojos negros suplicantes apenas visibles debajo de los escombros.
Atrapado entre la basura había un perro pequeño que necesitaba urgentemente ayuda.
Con mucho cuidado, el equipo comenzó el proceso de liberar al perro de la bolsa de plástico en la que había sido atado cruelmente. Una vez liberado, lo sacaron con cuidado de la basura y lo colocaron suavemente sobre el césped cercano.
Rocky, como llegó a ser conocido, estaba lleno de alegría por la nueva libertad de moverse, a pesar de estar debilitado por su teггіЬɩe experiencia. Mientras esperaban la llegada del personal de SPCA Richards Bay, el equipo de vigilancia vecinal le ofreció a Rocky cubitos de hielo para ayudarlo a saciar su sed y refrescarse.
En la SPCA, Rocky se sometió a un examen exhaustivo por parte del equipo veterinario, quienes trataron una herida menor en su cabeza. El demacrado cachorro recibió abundante comida y agua, y no pasó mucho tiempo para que la esbelta figura de Rocky mejorara y su vibrante personalidad brillara.
“Rocky es ahora el cachorro más dulce y extrovertido”, dijo un representante de SPCA Richards Bay.
El personal de SPCA consideró que la resiliencia de Rocky y su capacidad de amar y confiar después de una experiencia tan traumática eran realmente extraordinarias.
“Nos sorprendió cómo un cachorro que había sido desechado como basura podía amar y confiar nuevamente”, compartió el representante.
Desde entonces, Rocky encontró una familia amorosa y un nuevo hogar en una granja. Este agradecido cachorro, que alguna vez soportó horas atrapado bajo la basura, sin poder moverse, ahora pasará sus días corriendo por los vastos campos de su nuevo hogar, saboreando cada momento.