Se hizo un descubrimiento conmovedor en el remoto bosque de Mυkogodo, ubicado entre la región del bajo Sambυrυ y la base de Moυпt Keпya.
Los miembros locales de la tribu Sambυrυ encontraron un elefante tipy.La cría camina sola, sin señales de su rebaño. Estaba claro que eга huérfana y su copición eга preocupante.
A medida que se acercaba el anochecer, no había tiempo que perder. El Servicio de Vida Silvestre de Keпya (KWS), la Conservación de Vida Silvestre de Bora y la Conservación de Vida Silvestre de Lewa movilizaron rápidamente una operación de rescate.
La cría, más tarde llamada Mokogodo para ir al bosque donde fue encontrada, fue llevada en helicóptero al vivero de Nairobi.
Llegó justo cuando empezaba a oscurecer y el personal de la guardería la recibió en su nueva casa, un acogedor establo con un vecino cercano llamado Muridjo.
El rescate de Mokogodo supuso alivio, pero aún quedaban desafíos por delante. Sin embargo, hubo buenos bancos cuando su examen reveló que algunos de sus dientes ya habían estallado, lo que indica un comienzo prometedor. Comenzó a comer verduras con entusiasmo, aunque su amor por las botellas de leche todavía eга fuerte.
El viaje de Mokogodo recuerda mucho al de otra querida cría de elefante, Lemeki, que conoce su espíritu aventurero.
Sin embargo, la personalidad de Mokogodo tiene una dulzura extraordinaria. Ella exuda energía y alegría, cautivando a todos con su disposición de reserva.
Los encargados de la guardería de Nairobi describen a Mokogodo como afectuoso y juguetón. Rápidamente formó una estrecha relación con otro huérfano llamado Kerrio, mientras que los huérfanos mayores estaban igualmente ansiosos por hacerse amigos de ella. Mυridjo, su compañero de cuadra de tiempo libre, también se ha convertido en un querido compañero.
Mokogodo está enamorada de sus Guardianes, a menudo los sigue y juega con ellos.
Le encantan los baños de polvo y disfruta colgándose de los guardapolvos verdes de sus Guardianes. A pesar de su pequeño tamaño, tiene un gran corazón y un futuro aún mayor por delante.
El viaje de Mokogodo es un hermoso recordatorio de la resiliencia y el amor por el reino animal.