Los osos tienen un increíble sentido del olfato y cuando tienen hambre, haráп cosas bastante locas para conseguir algo de comida. Además, los osos son muy inteligentes, así que una vez que aprenden que los humanos proporcionan un suministro aparentemente interminable de comida, ya sea a través de basura o barras de dulces a medio comer que se quedan atrás, buscaráп áreas residenciales para encontrar algo sabroso para comer.
En esta historia particular, un oso negro de 400 libras se propuso seguir su nariz y vagó desde su hogar en el Bosque Nacional de Osceola hasta un área residencial en Alligator Point, Florida. Cuando lo descubrieron husmeando en la basura de una de las residencias, las autoridades de vida silvestre se dispusieron a capturar y devolver al oso a su hogar en el bosque… esto es cuando las cosas empezaron a salir horriblemente mal.
Una vez que localizaron al oso, las autoridades intentaron sedarlo, ya que un oso negro de 400 libras que empuña garras no es precisamente el animal más cooperativo, esta sería la forma más segura en que podrían transportarlo de regreso a su hogar. Pero el oso tenía otros planes…
Después de ser alcanzado por un dardo tranquilizante, el oso se dirigió hacia el océano y saltó al agua.
Mientras nadaba hacia el Golfo, los tranquilizantes comenzaron a hacer efecto y se volvió somnoliento y comenzó a ahogarse.
Afortunadamente, Adam Warwick, un biólogo de la Comisión de Vida Silvestre, estaba cerca…
Sin siquiera parpadear ante el tamaño y la fuerza del oso, Warwick agarró al animal que se estaba ahogando.
El oso comenzaba a perder sensibilidad en sus piernas y luchaba por subir a Warwick para mantenerse a flote.
Sabiendo que tendría que actuar rápidamente y mantenerse lo más tranquilo posible, Warwick comenzó a arrastrar al oso hacia la orilla.
El oso tenía dificultades para mantener la cabeza fuera del agua, perdiendo cada vez más movilidad.
Pero el valiente biólogo siguió nadando, a pesar del creciente peso del oso de 400 libras.
Warwick logró remolcar al oso los 25 metros completos hasta la costa.
Finalmente, en tierra firme, el oso aturdido y el exhausto Warwick fueron izados a tierra.
El oso pesaba demasiado para que el equipo lo manejara, así que usaron un cubo de tractor para mover al oso sedado.
Warwick se aseguró de que el somnoliento oso llegara a salvo al vehículo de transporte. Seguramente, si el oso no estuviera tan adormilado, le habría dado a Warwick un gran abrazo de oso.
De vuelta en el Bosque Nacional de Osceola, el oso parece MUCHO más feliz… pasará mucho tiempo antes de que este tipo vuelva a hurgar en la basura humana otra vez!
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