En un pequeño pueblo de Zavorovo, Rusia, se encontró a un perro discapacitado tumbado bajo el sol abrasador, cerca de una valla para dar sombra. Los vecinos informaron que el perro llevaba tres semanas en esa condición.
El dueño del perro ocasionalmente le daba de comer y luego se marchaba. El perro estaba muerto de hambre y estaba infestado de garrapatas.
Un voluntario de Asian Co. New Life, alertado por un vecino, vino a ayudar al perro angustiado. Cuando el voluntario alimentó y le dio agua al perro, el perro ɡгіtó y rápidamente consumió toda la comida.
El dueño no reconoció la lealtad y el amor del perro. Si el perro se hubiera quedado allí unos días más, ¿quién sabe qué habría pasado?
El perro, llamado Arhat, no podía mantenerse en pie debido al cansancio y necesitaba descansar. La vida nunca es fácil, pero siempre incluye momentos hermosos y siempre hay luz al final del túnel.
Al día siguiente tenían previsto viajar a Moscú. Arhat estaba preocupado y miró a su alrededor. Tenía una cita con un cirujano. Se realizaron análisis de sangre y radiografías que revelaron un crecimiento irregular en las vértebras.
Arhat fue llevado afuera para tomar un poco de aire fresco por la tarde. Permaneció allí en silencio durante horas, aparentemente contemplando su vida.
A los perros viejos les cuesta olvidar a sus dueños. Nos aman y nos son incondicionalmente leales, sin importar quiénes seamos o de dónde venimos. Sin embargo, hay personas que no lo aprecian y los perros como Arhat sufren mucho.
El cirujano indicó que no podía operar por un problema congénito. El criador quería un perro grande cuando fuera mayor, lo que provocó ciertos errores de desarrollo.
El médico sugirió que Arhat necesitaba entrenamiento para caminar, pero él no parecía querer entrenar. Aunque su salud había mejorado significativamente en ese momento, el médico no entendía por qué no quería hacerlo.
El médico sugirió que Arhat necesitaba entrenamiento para caminar, pero él no parecía querer entrenar. Aunque su salud había mejorado significativamente en ese momento, el médico no entendía por qué no quería hacerlo.
Después de 10 meses, Arhat pudo volver a caminar. Han sido 10 meses llenos de felicidad y lágrimas. El tiempo de recuperación fue largo, pero los beneficios valieron la pena. Logró lo imposible y realizó milagros.
¿Recuerdas al perro del principio del vídeo? Hoy es radicalmente diferente, más saludable y guapo, y lo más importante, tiene personas a su lado que lo aman y lo estáп ayudando a comenzar una nueva vida feliz con la que soñaba.