La frialdad de algunas personas es a veces sorprendente.
Nos llamamos “humanos”, pero la forma en que a veces se trata a los animales es todo menos humana.
Se merecen mucho mejor.
Estos cuatro cachorros fueron encontrados en una caja en Ucrania, entre un gran campo y una carretera peligrosamente transitada.
Por suerte, los cachorros no intentaron cruzar la carretera.
En cambio, fueron a un campo cercano donde pudieron buscar entre la basura algo de comida para llenar sus estómagos.
Un grito de ayuda
Los transeúntes vieron a los cachorros y supieron que necesitaban ayuda.
Se pusieron en contacto con Love Furry Friends, una organización de rescate local.
La voluntaria Olena Pyanov acudió rápidamente al lugar. Cuando llegó, su corazón se hundió ante lo que vio.
Vio a esos pobres cachorros arrastrándose entre la basura en busca de comida.
Estaban hambrientos y no habrían sobrevivido mucho más.
Una carrera contra el tiempo
Sin dudarlo, Olena y su equipo tomaron medidas.
Recogieron con cuidado a los frágiles cachorros y los llevaron rápidamente a la clínica veterinaria más cercana.
Uno de los cachorros estaba tan débil que apenas podía mantenerse en pie.
En la clínica, el veterinario examinó a los cachorros. A pesar de parecer tan débil, había esperanza.
“Pensé que estaban en mal estado”, dijo Olena. “Pero afortunadamente estaban más sanos de lo que pensábamos”.
No pasó mucho tiempo para que estos adorables cachorros volvieran a ser felices y despreocupados.
Después de un largo día deambulando por las calles, se bañaron por primera vez, se divirtieron con sus juguetes nuevos y se entretuvieron con los cuentos de Olena antes de dormir.
El camino hacia la recuperación
En las semanas siguientes, los cachorros recibieron atención y amor las 24 horas.
Día a día se volvieron más fuertes y juguetones.
Eran pequeños luchadores.
No pasó mucho tiempo antes de que sus colas se movieran de alegría.
Encontrar un hogar para siempre
Los cachorros crecieron y el amor que los rodeaba creció con ellos.
Pronto estuvieron listos para encontrar a sus propios dueños.
Uno por uno, fueron adoptados por familias amorosas que prometieron cuidarlos para siempre.