La historia de una chica de 18 años dando a luz en el campo es cautivadora.

Al lado de una carretera en las afueras de la ciudad central de Tacloban, en Filipinas, junto a un arrozal, Ryan Bacate, de 18 años, está en pánico. Analyn Pesado, la novia embarazada de Bacate, también de 18 años, está en el suelo y preparándose para dar a luz a tres millas del centro de salud más cercano en el municipio de Tolosa.

Bacate y Pesado iban en su motocicleta rumbo a la clínica después de que ella comenzara a tener contracciones. Un hombre que también iba en motocicleta pasó por allí y se apresuró a Tolosa para buscar a Norina Malate. Cuando llegó allí, encontró al bebé coronando. Malate instó a Pesado a seguir adelante.

Malate limpió sus tijeras con аɩсoһoɩ después de que naciera el bebé, luego cortó el cordón umbilical. Pesado y su bebé, un varón, fueron asistidos para subir a un vehículo pickup que los llevaría a la clínica de Tolosa.

La fotógrafa Lynsey Addario documentó el excepcional parto mientras trabajaba para Save the Children, una organización que ayuda en la reconstrucción del sistema de salud en áreas afectadas por Haiyan.

“Nunca he visto nada igual”, dice Addario. “Fue un esfuerzo comunitario. Cuando ves nacer a un bebé así, y está bien, tienes que pensar: es un poco milagroso”.